PALOMAS
A diario se pueden ver decenas de
palomas por las calles. Algunos las temen, otros las adoran, y
finalmente algunos deciden tener una paloma como mascota. Pero, ¿es tan
sencillo como parece criar y cuidar de una paloma?
¿Cómo son exactamente las palomas?
Las palomas llevan muchos años
teniendo una estrecha relación con los seres humanos. Con sus 32 cm de largo, de pico a la
cola, y un peso de 0.35 kg., este animal se ha usado como paloma mensajera,
como símbolo de la paz y como un fiel compañero para los seres humanos.
Es un animal cuyo
comportamiento suele ser tranquila. Lo más normal es que las que se
vean por las ciudades es la paloma de roca, especie que se cree que su pureza
está en peligro por los múltiples cruces que ha sufrido a lo largo de los años.
A pesar de ser un animal que no
responde a las amenazas de los humanos, no puede decirse lo mismo de otros
animales. Al haber comida por medio, son muy violentas entre sí o con otras
aves de menor tamaño, como los pichones. Esto ha provocado un gran descenso en
alguna especie de algunas aves, incluidas las propias palomas.
Muchos creen que también tienen un carácter muy “pesado”, pues cuando alguien las alimenta, les gusta mucho seguir a esa persona en busca de más comida o acudir a la zona donde la alimentaron en pos de conseguir más alimento. Por este motivo se prohibieron en muchas ciudades darles de comer.
¿Es recomendable criar a varias palomas juntas?
En algunos países, como en Estados
Unidos, las palomas son criadas desde su nacimiento en palomares que están
situados sobre algunos edificios. Aunque estos en los últimos años están
desapareciendo.
En un principio, las palomas que han
crecido en cautividad no suelen tener el sentimiento violento de herir a otras
compañeras a la hora de intentar conseguir alimento. Sin embargo, algunas especies de
palomas tienen un gen dominante, por lo que no es de extrañar que al
mezclar ambas especies estas acaben enfrentándose entre si.
Pero no solo se pelean por
alimento. Dos palomas macho pueden acabar enfrentadas por intentar cotejar a una
hembra. Del mismo modo, dos palomas hembra podrían pelearse con el fin de conseguir
la atención de un único macho. Por lo que hay que escoger muy cuidadosamente el
sexo de la paloma antes de ponerlas juntas en una jaula.
No todas las aves son tan fáciles de
distinguir. En el caso de las palomas lo que hay que hacer es fijarse en los
genitales. Por ejemplo, las hembras tienen la salida del oviducto izquierdo
parecido a una boca estriada de un gran diámetro, especialmente si
anteriormente han puesto algún huevo. En el caso de los machos, estos tienen en
la zona dos picos pequeños de color rojo, de 1 a 3 mm de longitud.
Pero tras la puesta de huevos, es
posible determinar el sexo de la cría. Un ejemplo se encuentra en que la
mayoría de veces, el primer huevo que pone la hembra es de macho, con un
porcentaje de acierto no superior al 50%. Si el huevo es más puntiagudo en un
extremo, esto querrá decir que es macho. El motivo es que al ser el primero
la dilatación de la cloaca cuesta más, por eso tiene esa forma tan
característica.
En el caso de tener una paloma y no
saber su sexo por los órganos genitales, se pueden unir los dos dedos
del extremo. En el caso que estos sean iguales querrá decir que es una hembra, pero
si son de diferente longitud, querrá decir que es un macho.
Cuando son pichones resulta un poco
más fácil diferenciar su sexo. Según los expertos, tras siete días de
vida los pichones más redondos son las hembras debido a su “sexualidad”. Pero el truco
más famoso es el de esperarse a que el pichón tenga tres o cuatro semanas.
Se coloca al pichón sobre la mano, sujetando sus patas, y se estira con
suavidad al pichón por el pico. En el caso de levantar la cola, es una hembra,
pero si la baja es que es un macho. Este sistema tiene una tasa de acierto del
99% frente a otros métodos.
Ver la forma de su
cuerpo y su comportamiento también ayuda a descubrir cuál es su sexo. Como en la
mayoría de las aves, los machos son un poco más grandes que las hembras,
teniendo un cuerpo más robusto y con la forma de la cabeza diferente. Además,
el sonido que hacen los machos es más largo y abren la cola en forma de
semicírculo en época de apareamiento, mientras que las hembras hinchan su
plumaje. Pero en cuánto al comportamiento, los machos suelen picotear las
cabezas de las hembras, lo que ayuda a distinguirlas cuando están en un gran
grupo.
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